Así es como queda cualquiera que se empiece tan solo a plantearse, el poner en funcionamiento este delirio.
De entrada, hay que entender el significado teórico y sobre todo práctico, de un montón de palabrejas y tecnicismos inventados para putear al hipotecado, tales como amortización, capital, arbitraje, arras, aval, cadencia, carencia, interés, cancelación hipotecaria, cancelación registral, cargas, catastro, clausulas, certificado registral, comisión de apertura, comisión de cancelación, condiciones, crédito, cuota, diferencial, división horizontal, documento privado, documento público, escritura, euroibor, fianza, gastos de hipoteca, gastos de prórroga, divisas, hipoteca puente, vivienda habitual, vivienda principal, segunda vivienda, vivienda nueva, vivienda usada (sea principal o secuandaria), interés de demora, actos jurídicos documentados, ibi, iva, ivt, itp, irph, cargas, nota regisral, novación, obra nueva, oferta vinculante, préstamo con techo, con suelo, cualificado o hipotecario, garantía pignoraticia, prestatario, proindivisión, plusvalía, redondeo, registro de la propiedad, segunda vivienda, seguro de amortización, simulación, subrogación, subvención, tae, tasación, tipo de interés tipo sustitutivo de referencia, titulo de propiedad, valor catastral, verificación, , administracion de fincas, Agente de la propiedad inmobiliaria, arbitrtaje, arrendador, arrendatario, cédula de habitabilidad, cédulas de clasificación definitiva, compra sobre plano, cooperativa, derecho de tanteo y retracto...y esos son solo los del índice de referencias.
Una vez conozcamos el significado de todos y cada uno de ellos, tenemos que saber como interactuan los diferentes términos entre sí.
Además, tenemos que contar con la perspicacia de los distintos ¿profesionales? del sector. Si no nos la intenta meter doblada el propietario, lo hará el agente inmobiliario, y siempre, siempre siempre, lo intentará el comercial del banco donde preguntemos.
Todos ocultarán lo malo, exagerarán lo bueno, jugarán al despiste si vamos por un terreno comprometido para ellos, y nos pondrán mil y un ejemplos de lo contentos que están todos los hipotecados con ellos.
Por supuesto, tendremos que sortear las dificultades laborales durante el resto de nuestra vida, soportando las subidas de tipos de interés, las zancadillas de los trepas y en general, las dificultades que nos plantea la vida todos y cada uno de los muuuuchos días de amortización restantes.
Una vez superada la primera depresión pre-hipotecaria, vendrá la primera depresión económica, cuando veamos que la propiedad con un valor de 140.000 euros, casi se duplica entre intereses, gastos hipotecarios, gastos registrales, tasaciones, comisiones, seguros...
Y una vez superada la primera depresión económica, llegará la primera depresión convivencial, cuando el ahogo económico, el estrés de los números y las condiciones variaciones o combinaciones de todo esto, hagan mella en tu relación. Y fijaos que todo esto ocurrirá antes de que os concedan la hipoteca, mientras los dos tenéis trabajo sois felices y coméis perdices.
Ahora solo falta que, ademas de superar todo lo anterior, te guste la vivienda y el entorno e incluso llegues a ser feliz.
Suerte.
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