EL otro día navegando
por Facebook me topé con una publicidad que me invitaba a probar by
de face (sin -book), la impresión en un álbum Fotográfico de
Saal Digital.
E hice clic.
Seguí las instrucciones;
solicité mi cupón de descuento de 40 euros, -suficiente para elegir
entre la amplia gama de álbumes digitales-, descargué el programa
de diseño para maquetar el álbum e hice el pedido -insisto-,
gratuito.
El proceso es similar al
de otras empresas de impresión fotográfica, aunque hay una gran
diferencia:
El software de diseño te
permite hacer casi cualquier cosa.
Por supuesto, tiene una
amplia colección de presets o plantillas para hacerlo todo
mas rápido, pero si eres de esos maniáticos de la personalización,
puedes hacerlo todo de forma manual. Todo:
Ademas de los acabados
opcionales como la imitación de piel en varios colores o el
acolchado para las tapas, un estuche/caja para guardar el álbum,
brillo/mate, etc,etc, el diseño en sí mismo, te permite detalles
como la maquetación por capas (al estilo photoshop), inclusión y
modificación de imágenes pre diseñadas, el fondo, el texto, pre
visualización, advertencias de calidad de archivo, margenes de
impresión...
Es decir, puedes hacerlo
de forma sencilla sin conocimientos de ningún tipo ayudado por las
plantillas o a través de los menús intuitivos, o de forma
artesanal.
Otras veces había hecho
algún álbum, pero todos adolecen de los mismos males:
La calidad del papel es
la justa, la calidad de impresión, sobre todo en lo referente a os
negros es deficiente, casi siempre tirando a gris, el ajuste
automático que aunque no lo selecciones, termina por convertir una
elaborada edición basada en perfiles de impresión, en un cromo de
mal gusto, la saturación de los colores primarios es exagerada y en
las mezclas es un popurri...
Y al terminar, una vez
realizado el pedido, al correo te envían confirmación de pago y un
link para poder ver online el trabajo y compartirlo con cualquiera.
Saal Digital prometía un
mundo de luces y sombras nunca antes visto, pero -he de ser sincero-,
realmente no tenia unas expectativas muy altas.
No os podéis imaginar la
sorpresa que me he llevado.
De entrada, tenia el
álbum en casa en tan solo 5 días. Grata sorpresa pues otras
empresas nos tienen acostumbrados a, como poco diez o doce días.
Me llegó en un
perfecto embalaje de cartón rígido, donde se encontraba un sobre de un material poroso, que a su vez contenía un plástico sellado, en cuyo interior se encontraba el ´álbum, evitando de esta forma, marcas de cualquier tipo.
Y al abrirlo, casi lloro:
La impresión es lo mas
parecido a la perfección que había visto. Negros de verdad.
Degradados perfectos. Armonía en papel.
Las tapas rígidas con un
acabado magnifico, lejos de esos cartones que al cabo de 3 meses
acaban hinchándose o deformándose. Los márgenes de impresión
precisos, respetando el diseño del programa. Los cantos y aristas
firmes. El gramaje de las hojas da la sensación de calidad, al contrario de uno de esos álbumes que todos hemos tenido en la mano alguna vez. Es papel fotográfico encuadernado con un tacto increíble.
No me pude resistir y
tuve que pasar el álbum por el cuentahilos (esa “lupa”
que permite aumentar pequeños detalles de impresión para ver la
perfección o no del pixelado). No tengo palabras.
Simplemente magnífico.
Mi trabajo estaba
realizado íntegramente en blanco y negro -salvo por mi firma donde
aparecen los logos de las redes sociales en las tapas, por lo tanto
no puedo puedo dar mi opinión en o tocante al color, pero tengo muy
claro, a la vista de los resultados en blanco y negro, que la
siguiente impresión en color será en Saal Digital.
En definitiva, si quereis calidad, esta es una buena opción. Quizás la mejor.
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