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martes, 27 de marzo de 2012

Leía hace un rato, -siguiendo esos azares de quien navega siguiendo enlaces trasnochadores y aleatorios-, a Juan Antonio.Abro su blog y cominienzo a oir una canción, que solo puedo calificar como "Enorme".  Comienzo a leer y, en un momento, noto humedad en mis ojuelos. Me encantaría saber quien la interpreta. Leo las primeras lineas con inocuo interés, mientras oigo "...noventa minutos no puede durar el amor, pideme más..." en esa voz y esa guitarra -del sur probablemente-, que me impiden concentrarme en lo que leo. Y me esfuerzo por centrar mi atención en sus lineas: Comienza hablando de la madurez que nos proporciona la experiencia, lo vivido. Prosigue  y centra su exposición en la ausencia de las casualidades. Indica, que todo cuanto se logra en esta vida solo puede ser fruto del abnegado esfuerzo y la profunda dedicación. Y yo me lo creo a pies juntillas.
Empiezo a sumergirme entre su frases y párrafos. El tema que oigo se hace más intenso. Una frase dice que "las grandes epopeyas se han escrito con la vida de los grandes hombres". La valoro. Y de nuevo coincido. Alcanzo la última parte leyendo que "Quién sabe lo que ese destino nos tiene preparado en nuestro hilo de vida".Alcanzo las últimas lineas. Finaliza la canción. 
Yo tardo un par de minutos en reaccionar.Vuelvo a leerlo con mas calma.
Y me sorprendo a mi mismo, habiéndome olvidado de mis preocupaciones por unos instantes.

Gracias Juan Antonio.

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