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miércoles, 14 de julio de 2010

En caliente


Este texto lo empiezo a redactar cuando hace apenas cuatro horas que hemos entrado mi bici y yo por la puerta de casa, recién llegados de hacer 385Km desde Oviedo, en una mezcla entre el Camino Primitivo, y el Camino del Norte.
Quizás, si continuase por el Primitivo hubiese sido peor. O igual. O mejor. O quizás ahora mismo los buitres me estuviesen puliendo la calavera con sus picos.
Pero ha sido como ha sido, y además me ha quedado muy "buen rollo" en el cuerpo.
Os cuento los detalles:
El día 7 de Julio de 2010, tempranito, con el billete comprado a través de internet para mi y para mi bici, con la empresa ALSA, llego a la estación de buses.
El Bus salia a las 08:00Hrs, pero yo ya estaba allí a las 07:15.
El bus llegó a las 07:30Hrs. Era el único bus que había, y todos los pasajeros que esperábamos en el andén, subiríamos a ese autobús.
Así y todo, aunque el conductor estuvo fumando un par de cigarros delante del bus, a apenas 2 metros de mi, no me dijo ni "mu" hasta 10 minutos antes de las 08:00hrs, cuando sin más, añadió un escueto "a esa bici, le sacarás la rueda de alante, ¿no?.
Yo le respondí que, en las indicaciones de la web a través de la cual había comprado el billete, se explicaba la obligatoriedad de embalar la bici (y ya la tenia embalada), pero no decía nada de desmontarla.
A el le dio un poco igual, y dijo que montada no subía al autobús.
Y claro, sin un alicates, me hice sangre en las dos manos intentando aflojar los tornillos con otras llaves que tenia, pero que no eran para eso. También me hice sangre en un tobillo, golpeando na pequeña herramienta.. pero la rueda no salia.
El autobús arrancó el motor, y yo con cara de desesperación y ensangrentado, sólo tenia ganas de matar al conductor. Pero lentamente. Para que sufriera mucho.
Al final, en plan "pobre idiota", el conductor me dijo, -como haciéndome el favor de mi vida-, que subiera igual la bici al maletero, que nos íbamos. Y claro, qué le voy a decir. Como para protestar y que me deje en tierra. Así que, subí la bici al maletero, y yo, con las manos sangrando subí al bus, ya que no me dio tiempo ni a lavarme las manos "por que me dejaba en tierra".
Por suerte, el bus tenia cortinas.
Al bajar en Oviedo, me espetó algo así como "...y a ver si andamos más espabilados pa la próxima vez", por lo que le tuve que indicar que se fuese un poquito a la mierda. Así, en tono firme, para que el resto de los pasajeros que presenciaron en todo momento la escena de principio a fin, lo escuchasen, e incluso añadiesen (aunque tarde) cosas como "si el maletero estaba vacío", o "qué mas le daría a usted".
También le indiqué la necesidad de aplicarse un poco en la limpieza del vehículo, pues una de las cortinas estaba un poco sucia.
Mi recomendación personal, como no puede ser de otra forma, es no viajar con ALSA.

Por fin estaba en Oviedo. Busqué rápidamente la catedral que se ve sobre casi todos los edificios, y de allí al albergue. Pero...la bicicleta tenia algo raro: El cambio de piñón no funcionaba correctamente. De los 7 piñones que tiene, solo me cambiaba entre el tercero y el quinto. Y eso era un problema.
En principio imaginé que no sería algo grave, y decidí posponer la reparación, una vez registrado en el albergue.
Y de la que estaba esperando a que abriesen el susodicho albergue, me puse a toquetear el cambio.
Hasta Christopher, -un peregrino francés que es/fue técnico de bicicletas y que también estaba esperando, y de quien más adelante contaré detalles- me echó una mano, pero no me dió buenas noticias.
Mientras ocurría todo esto, yo había llamado por teléfono a Mikel, un amigo que vive justamente allí, en Oviedo, y a quien no veía en persona desde que se casó con Susana, el día de su boda, hace dos años.
Quedamos para tomar café, luego para cenar.. y luego insistió para que me quedase a dormir en su casa...así que, no tuve apenas tiempo para dedicarle a la reparación.

Pero joven y alocado que es uno, al día siguiente, -el 8 de Julio de 2010-, más tarde de lo que me gustaría, me pillé los trastos y empecé a pedalear (con tres piñones) hacia la catedral, a eso de las 9 de la mañana. Quería -tenia que- salir desde allí.

Desde Oviedo, -tengo que añadir-, se pueden continuar dos caminos: El del Norte, -que es el que tenia previsto recorrer-, y el Primitivo, recomendado sólo para quienes no le tengan miedo al dolor.

Yo me equivoqué, y pillé el del dolor. Pero no lo supe hasta llegado a Grao, una vez duchado y cenado, charlando con una pareja muy coloquial que me encontré en el albergue.

Las indicaciones sobre el terreno (conchas minúsculas en las aceras)para salir de Oviedo son muy malas y, llegado un punto desaparecen sin más. La policía local y la guardia civil, a quienes pregunté (6 policías diferentes y 3 guardia civiles, concretamente) me dieron todos respuestas diferentes. Los ciudadanos de Oviedo, tampoco lo tiene muy claro. Hay quien incluso me quería mandar a Cudillero por autopista... Es importante, por tanto, buscar la ruta en internet antes de emprender el camino.

Así y todo, al ver pasar a varios peregrinos a pie con mochilas y conchas, los he seguido. Lo que no me imaginaba es que pudiesen emprender el Camino Primitivo, y hacer esta ruta en bicicleta es realmente complicado.

En cualquier caso, desde Oviedo me dirigí a Gallegos, pasé por Premoño, y finalmente llegue a San Juan de Villapañada (Grao).

El albergue de San Juan de Villapañada es uno de los albergues más acogedores que me he encontrado en todas las rutas que he realizado, ya sea a pie o en bicicleta.

Tiene oficialmente 22 plazas, pero si los peregrinos quieren, pueden dormir con colchones que Domingo (el hospitalero) dispone, para dormir en el suelo.
No se cobra por dormir, ni por usar la lavadora, ni por la comida. Aquí, cuando se dice "la voluntad" es una voluntad a la que no se le pone precio. Por lo único que se cobra es por la bebida (cervezas, sidras, etc), pero a precio de supermercado. También tiene una maquina de vending de bebidas/snacks. Por eso, es por lo que aquí, dejar un buen donativo, es una buena idea.

En este albergue volví a coincidir con Cristopher (y eso que el iba andando y yo en Bici).
Cristopher es un Francés de París, que es (o fue, no lo tengo muy claro) técnico de btt y que se dedica a realizar el camino una y otra vez, patrocinado pro marcas como Decatlhon. Ha realizado muchas ves el camino desde muchos sitios: París, Roma, todos los caminos de la península... Tiene unos 45 años y unas piernas que no dejan lugar a ninguna duda. Solo habla francés y chapurrea muy poco español o ingles, así que, cuando le echó un vistazo al cambio de mi bici, lo único que me quedó claro es que necesitaba un alicates para tensar el cable del cambio.
También estaban en este albergue una pareja de Barcelona pero que vivían en...¿Zaragoza?, que son animadores socioculturales en paro. Habían iniciado el camino en Irun andando, y volvían también andando.
David, y su -imagino- novia, de Madrid también eran una gente muy animada.
Charlando con todos ellos, me di cuenta de que aquel no era el camino del norte, sino el Primitivo.
Pero me lo pasé tan bien, que no me importó. Bueno, al menos hasta la siguiente etapa, ya que es un camino muy duro para realizarlo sólo y en bicicleta.
Lo que si había era un montón de Franceses por todos lados.
tened en cuenta también que en este pueblo no hay nada donde poder comprar. Ni tiendas, ni bares, ni nada de nada. Solo un puñado de casas, la iglesia y el albergue. Por eso la tranquilidad que aporta, y las vistas de Grao, desde la altura a la que se encuentra el alojamiento, es algo digno de contemplar.

Al día siguiente, el 9 de Julio de 2010, a eso de las 8 de la mañana, tras desayunar tranquilamente, y despedirme de toda esa gente con la que compartí mis primeras horas de aventura (y aquí tengo que añadir que siempre se aprende mucho si escuchas a los demás), emprendí el camino sin un destino fijo. Por que teniendo en cuenta que me encontraba en el Camino Primitivo y yo me había preparado las rutas para el Camino del Norte, no tenia ni idea de dónde se encontraba el siguiente punto de descanso. Pero yo empecé a pedalear entre la niebla. Por que a esas horas y a esa altura entre montañas, había mucha niebla.
La gente del Albergue de Grao me dijo que seria interesante llegar como poco a Tineo.

Ese tramo del camino fue muy duro a partir de Salas. Subidas del 30% durante dos kilómetros por terreno gravilloso, hacían que literalmente me tuviese que tirar al suelo y agarrar la bici pro la rueda de delante para tirar de la bicicleta arrastrándola pro el suelo.
Además, las obras de alguna autovía, hacían que el ruido y el paisaje no fuesen para nada interesantes.
Por otro lado, durante este tramo, pinche 3 veces en menos de 2 kilómetros y me quedé sin repuestos. Y en la única tienda de bicis que hay (en salas) me metieron el clavo del siglo pro dos cámaras. Eso si, la chica muy maja.
Aquí también hice acopio de provisiones y bebidas isotónicas varias, incrementando por otro lado el peso, que ya era bastante más del que debería de haber llevado.

Salas, tengo que decir también, es un pueblecito al que habría que volver con calma y sin sudor ni extenuación. Me pareció, por lo poco que vi, un lugar muy entrañable.

Continué pedaleando (poco, por que me pasé más rato empujando por la bici que pedaleando), hasta que a la altura de La Espina, me encontré con dos bicigrinos que me aportaron la solución brillante que estaba esperando. Tomando algo rápido en el "Dakar", y tras comentarles mi error al empezar el camino, me indicaron que pocos metros mas adelante tenia que pillar un cruce a mano derecha, que practicamente eran 15Km de cuesta abajo interrumpida, que me llevarían de nuevo al Camino del Norte. Ellos también harían lo mismo, pues uno de ellos tenia la espalda un poco jorobada.
De esta forma, pasé por Oves, Las Rubias, Castañedo, Ore, Trevias, Cortinas, Ranon, y llegué al Albergue de Almuña, donde pasé mi segunda noche.
Almuña está 2 km antes de llegar a Luarca.
Durante este trayecto, vi a muy pocos peregrinos/bicigrinos, pero la temperatura era tan buena, la costa tan visible y desde La Espina, el tramo tan llano, que se me hizo muy llevadero.

Debido a mi cambio inicial me perdí la visita a Cudillero, pero ese error me reportó muchas alegrías posteriores, como la de coincidir con los tres hermanos cordobeses y los dos amigos Zaragozanos. Con ellos, a partir de Almuña empecé a coincidir cada vez más, hasta el punto de quedar para hacer tramos y comidas/cenas juntos, o incluso salir a tomar algo, como ya contaré mas adelante.
De ahí lo imprevisible del camino: uno tiene la intención de hacerlo sólo, pero puede ocurrirle algo que le haga cambiar de opinión.
Volviendo al camino, Almuña es un pueblo relativamente pequeño y cerca del albergue solo hay dos bares y un alimerka. El bar que está junto al alimerka, a pocos metros de la carretera es la mejor opción para comer o comprar comida.
El bar que está mas cerca del albergue, justo en el cruce, además de estar regentado pro gente muy negativa y enfrentada con el mundo, tienen unos precios que ni el galicia palace. De hecho, fue a comprar tabaco andando y me dijeron que no tenían, pero que en Luarca (a 2 kilómetros) si. le dije que andando quedaba un poco lejos, y me espetó un "así te das un paseito". Pero no me dijo nada del bar que había 300 metros antes.
La comida, además de ser escasa, es cara y el ambiente muy tétrico. Supongo que tendrían un mal día o no estarían contentos de trabajar ahí, pero yo no tengo la culpa.
En cuanto al albergue, pues... bueno, no es uno de los mejores. Cuesta los 5 euros "de voluntad" (esto de poner precio a la voluntad, nunca lo he acabado de ver; Seria mejor que pusiesen "Precio:5€", y eliminasen la palabra "voluntad").
Había muchas moscas. Tantas, que en adelante, nos referíamos a este albergue como "el albergue de las moscas". Sólo hay un microondas. Ni fregadero, ni apenas enseres de cocina. Tiene una capacidad de 18 plazas.
Aquí, el primer contacto con otros bicigrinos dejaba entrever buen rollo.
Este albergue esta regentado por voluntarios. El día de mi visita había una chica muy tímida.

Al día siguiente, el 10 de Julio de 2010, a eso de las 08:30Hrs, tras despedirme de la gente, ya que no sabia que los volvería a ver, hice un breve pedaleo hasta Luarca. Realmente es todo cuesta abajo y no hay que pedalear. Aquí, desayuné tranquilamente antes de continuar hacia Tapia de Casariegos, donde tuve un momentazo idílico e emotivo, al toparme con una pequeña capilla, en un pequeño parque con una mesa con bancos de madera, bajo un sol calido que no caluroso, un cesped genial y la sombra de unos arboles, comiendo fuet cortado en rodajas.
Posteriormente continuo dirección Navia, luego hacia Ribadeo y llegar al albergue que solo tenia 12 plazas y daba preferencia a gente que va a pie, cosa que nunca he comprendido.
Un peregrino a pie se hace como mucho 25 o 30 Km. Un peregrino a bicicleta se hace 80 o 100Km ¿me canso menos? Son esas cosas absurdas como que los peregrinos que van a caballo tengan preferencia sobre los ciclistas. Por que ir a caballo cansa mas, ¿no? Claro, claro...
Aquí, en el albergue de Ribadeo me encontré con Juanjo (uno de los hermanos cordobeses) que había tenido una caída días atrás y se hizo unos pocos tramos en tren mientras se reponía. Al poco rato llegaron sus hermanos y los zaragozanos.
El albergue de Ribadeo está genial, tiene unas vistas alucinantes, la playa al lado, el pueblo pegado...pero es muy pequeño y tiene unas prioridades absurdas.. Así que decidimos ir hasta el pueblo de al lado (Vilela, a unos 7Km), donde había un recién abierto albergue (se abrió 6 días antes de nuestra llegada), con un bar de los mismos propietarios al lado, con los precios más baratos y la comida mas abundante que he podido ver nunca.
Permite (el restaurante) el pago con tarjeta, algo interesante ya que no hay cajeros en 7Km a la redonda.
Vilela es un lugar aislado, y por tanto, muy tranquilo. El albergue tiene aparcamiento para 6 bicicletas fuera, pero como los cordobeses/zaragozanos fueron testigos del robo de bicicletas en un albergue de Gijón, siempre insisten en meterlas dentro, y claro, yo me apunté al carro. Asi que, las subimos al dormitorio.
Desde el Albergue repleto de Ribadeo en adelante, las rutas las hicimos practicamente juntos (al menos en cuanto a salidas, por que despues cada uno iba a su ritmo...y yo al mio a piñon fijo).
La tarde en Vilela se me hizo muy entretenida, teniendo en cuenta que estuve intentando reparar sin exito el cambio de la bici, untandome crema pro que el sol me estaba quemando un poco, haciendo unas risas estupefacientes (aunque nada comparables a las de sobrado dos monxes que comentaré mas adelante), e incluso viendo futbol y bebiendo cervezas en el bar.
Que raro se me hace eso de "bebiendo cervezas y viendo el futbol en el bar", jejeje. Suena tan heterosexual...
Aqui tambien coincidimos con el que terminamos apodando "el gallego" (o "el portugues", segun la ocasión", a quien bacilaban un poco, por que lo pillaron en un par de rutas subiendose en un tren/bus de cercanias con su bicicleta).
En Vilela comimos juntos, cenamos juntos y al dia siguiente arrancamos juntos.

El 11 de Julio de 2010, partimos a eso de las 09:00 despues de desayunar a base de colacao, zumo de naranja natural y bolleria por apenas 2 euros.Este tramo de 75 kilometros en unas 6 horas y pico es algo durillo: Tiene un desnivel ascendente de 618 metros sobre el nivel del mar en su punto mas alto. Este tramo nos acerca hasta Vilalba, pasando por Lourenzá,
Mondoñedo donde hay una catedral que tendré que revisitar con calma), y a partir de aqui una muy fuerte subida pasando por Abadin, y tra eso unas interminables rectas del 4-8% de subida hasta llegar a Vilalba.
El albergue de Vilalba esta muy mal situado, pues queda en un polígono industrial apartado casi 2 kilómetros del centro, lo que impide visitar la ciudad. Uno ya esta lo suficientemente cansado como para tener que hacerse 4 km más (2 en cada sentido), si quiere cenar, o visitar el pueblo, por lo que imagino que a los responsables en la gestión del tema del Xacobeo en esta localidad, les importa muy poco la autopromoción, o directamente se la pela todo.
Además, justamente ese día habia una feria medieval, con la gente vestida de época por las calles, y se jugaba la final de la copa del mundo y hasta habia instalada una pantalla gigante en la plaza central. ¿Como no ibamos a tener que ir al centro?
Fue por eso, por lo que los cordobeses que llegaron antes que yo, tuvieron tiempo para buscar una pensión barata (15€), justo en el centro. Me lo comentaron, me parecio una idea excelente y nos fuimos todos para la pension "Anduriña".
De esta manera, pudimos ver el partido, tomar unas cervezas, asistir a la fiesta medieval por la tarde, comer y cenar tranquilamente sin temor ni prisas a que nos cerrasen el albergue, y celebrar junto con los habitantes de Vilalba la victoria de España, hasta la una en mi caso, y las 2 o 3 en el caso del resto.

El 12 de Julio de 2010, como cabia esperar, nos levantamos tarde. Sobre las 10. Y entre desayunos y compras varias, nos dieron las 11. Mi único temor era el sol, pero por suerte, casi todo el dia estuvo nublado e incluso lloviznó, casi llegando a Sobrado dos Monxes, donde hariamos nuestra última y mas divertida noche, como luego os describiré.
Esta ruta resultó algo aburrida pues no coincidí con mis compañeros de viaje hasta llegar al Monasterio (que no albergue). La tarde-noche lo compensaria.
La ruta transcurrió por las localidades de Begonde, Guitiriz, o Cruces, entre otras, y contaba con una subida bastante brusca en los últimos kilómetros, pasando por el parque eólico de Cova da Serpe, a 650 metros de altitud.
Durane el trayecto coincidí con otros bicigrinos que también harian noche en el Monasterio de Sobrado dos Monxes. En algunos de los tramos tuve que salir del camino y hacer carretera asfaltada debido a mis dificultades mecánicas, aunque fuese unos pocos kilometros, y este tramo no fue unas escepción, aunque en esta ocasión dio lugar a una serie de errores de trayecto que, aunque desembocaron con acierto en el punto deseado, hicieron plantearme la utilidad del sistema satelital y el medio kilo de tecnología que arrastraba en mis alforjas: Localidades que no figuran en las cartografias digitales, baterias que duran sorprendentemente poco y se agotan justo cuando mas las necesitas, cargador solar que no carga por que no hay sol, zonas deshabitadas y ausencia de gente a la que preguntar, pastores alemanes que gruñen sospechosamente en mitad de la carretera y hacen que tengasque dar un rodeo por que ellos no se apartan, llovizna...y cuando por fin encuentras a alguien, te dice que tienes que pillar el siguiente cruce a la derecha, mientras señala con la mano izquierda, o empieza a divagar acerca de cual será el trayecto más adecuado...
Asi y todo, llego por fin al monasterio de Sobrado dos Monxes, media hora antes que mis colegas de camino, pero no por que fuese más rapido, sino pro que ellos se detuvieron a comer y no pisaron asfalto en ningun momento.
Me dio tiempo a registrarme, ducharme y cambiarme antes de que ellos llegasen.
Este Monasterio reconvertido en albergue, todavia es regentado por los monjes de Santa Maria de Sobrado, que actuan con unas rectas normas de funcionamiento. A las 22:00 se apagan las luces y se cierran las puertas, sí o sí. Los aseos y duchas mixtos daban un poquito de repelus. Lo primero que vi al ir a ducharme, fueron unas bragas abandonadas (y pro la pnta, hacia mucho tiempo), colgadas de una esquina. La limpieza de las paredes tambien tendria mucho tiempo desde la última vez. Y los colchones eran blandos. Tanto, que al tumbarme tocaba en el somier. por suerte, mi cama estaba al lado de uno de los dos enchufes que habia en todo el larguero de literas. Y como al mismo tiempo que yo, entró un señor mallor que decia que tendria que levantarse varias veces por la noche por cuestiones de próstata, -al cual recomendé que se situase en una de las literas cercanas a la puerta del baño para que no molestase demasiado-, cuando llegaron mis compañeros, les recomendé que se situasen justo al otro extremo, donde yo estaba, precisamente por los problemas de próstata de ese peregrino.
Lo que no sabia era que alguien que llegó mas tarde y que se puso dos literas mas alla de la mia, roncaba tanto, que parecia que lo hacia de broma.
Tuvimos tiempo para visitar el monasterio, que tiene casi todas sus estancias vacias, salvo la nave central, que alberga una maqueta perfecta y enorme (salvo por ciertas desproporciones en el tamaño de las ventanas), de la Catedral de Santiago, digna de contemplar.

El 12 de Julio de 2010, con la sensación de encontrarme en la antesala de algo como...melancólico (supongo que por que sabia que ya se terminaba), nos levantamos relativamente temprano, alargamos un poco más de lo habitual los preparativos de la última ruta, montando las alforjas y sujetándolo todo, en el atrio de aquel magnífico monsterio, contamos los primeros chistes de la jornada para ir calentado la alegría, y partimos.
En esta ocasión no grabé la ruta con el GPS, debido a que se me olvidó de cargar la bateria, pero nuesras ruedas coquetearon con los parajes de Riveiro, Castromil, Arzua (donde me detuve para desayunr tranquilamente en su plaza central, que ya conocia, y contemplar el bullicio de peregrinos y residentes. Es aquí en Arzua, donde se unen varios caminos, -el Primitivo y el del Norte-, y en adelante, el número de peregrinos se duplica hasta llegar a Santiago de compostela.

Apenas 3o Kilometros me separan de mi objetivo, un objetivo en el que he estado tantas veces, que personalmente no tiene el atractivo que le produce a cualquier otro peregrino de fuera de Galicia.
Así, pasando por Canobe, Calzada, Outeiro, Brea, O Pedrouzo, Rodeando el aeropuerto de Lavacolla, subimos a San Marcos rodeando la nave de la CRTVG, y en el Monte do Gozo me detengo para contemplar una perspectiva de Santiago, que no es habitual, y observar como llegan desde todos lados cientos de peregrinos en todo tipo de medios y desde todo tipo de lugares, paises, ciudades...
A partir de aqui, todo es cuesta abajo. Cruzo el puente de la autopista, acceso al extraradio y me detengo para tomar otro café. Quiero entrar poco a poco. No se si es simplemente una sensación mia, pero todo es como super cordial. La gente en coche me cede el paso, los peatones me hacen hueco, hay quien me saca alguna foto y me preocupa el llevar algo colgado o estar haciendo el ridículo por cualquier cosa.. Me reviso rapidamente, pero todo parece estar bien.
Entro en la zona vieja, atravieso varias calles y pro fin, llego a la Plaza del Obradoiro hasta su parte central, justo frene a la catedral y me paro a observarla.
La verdad, es que es grandiosa. Una joya. Cuando salia por Santiago de fiesta, no la apreciaba de esta forma. Unos quince minutos me dedico detenidamente a contemplarla, y mentalmente la comparo con la maqueta que habia en el Monasterio de Sobrado dos Monxes. Definitivamente tenia el tamaño de las ventanas ligeramente desproporcionadas.

Me paseo lentamente por las calles y me encuentro (o mejor dicho, me encuentran), mis colegas bicigrinos, con los que he compartido muchos kilómetros, chistes, cervezas, comidas, cenas, ronquidos, risas, sudores...
Estaban picando algo típico en un bar típico. Me acerco,Juanjo meinvita a nuestra última cerveza, charlamos, nos acercamos de nuevo a la Plaza del Obradoiro para tomarnos una foto todos juntos...y me despido de ellos con un "ya coincidiremos de nuevo por el camino".

Y no imaginais cuanto me gustaria compartir de nuevo algun camino con ellos. has sido muy buena compañia, y ellos no saben cuanto apoyo en esas difíciles subidas o tramos complicados.
Es posible, no lo sé, que no lo hubiese logrado sin ellos. O quizas si. En cualquier caso, les doy las Gracias.

Paso a buscar mi tercera compostelana, voy a la estación del tren y tengo que dejar pasar uno donde ya no habia plazas de bicicleta.
Ir en tren siempre me produce cierta melancolia. No se por qué. Pero me gusta esa sensación.
Mentalmente repaso lugares concretos, comentarios graciosos, jugadas contundentes de la final en Vilalba, el sonido de aquel silencio de Grao, aquella pendiente del 30% saliendo de Salas, recuerdo la voz de Cristopher intentando expresarse en castellano, de la pareja de animadores socioculturales, de David y su novia, de los cordobeses, de los zaragozanos, de...la voz grabada del tren que indica "proxima parada: Pontevedra. Renfe le agradece su elección y esperamos volver a verle a bordo".

2 comentarios:

  1. Me he enganchado a tu relato. Me ha gustado. Yo espero hacer el camino a mediados de agosto. Ya contaré que tal me ha ido.
    Un saludo.

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  2. Muy bien contado....creo que has plasmado tus emociones de cada momento a la perfección. Yo lo voy a hacer en Septiembre, tambien en bici....espero que lo acabe con el mismo sabor de boca que intuyo lo acabaste tú. Gracias por tu relato

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