Contribuyentes

lunes, 11 de octubre de 2010

Agradecimientos anónimos

¿Os habéis parado alguna vez a saborear lo que se os pasa(ría) por el cuerpo, cuando cedes el paso a un peatón (aunque te "de tiempo" a pasar)?
O el decirle a alguien "usted primero, por favor", o un simple "pase, pase usté".
O disfrutar con la reacción de alguien que ha recibido un regalo, no por el hecho de haberle hecho un regalo que le guste, sino por el hecho de que esa persona sonria.
Es decir, utilizando "el regalo" como medio para conseguir "esa sonrisa" que seria el fín.

¿Habéis tenido la oportunidad de sentir lo que se siente, cuando haces sonreír a alguien?

Yo es que soy mucho de observar. Y de anticiparme.
El hacer disfrutar a los demás, me hace disfrutar. Y no me refiero a montar una superfiesta apoteósica que sea recordada durante mucho tiempo, por que a menudo esas cosas se recuerdan solo una temporada.
Hablo de algo, que te deje en segundo plano, o en último plano, pero que te permita verlo todo.

Como cuando apartas la vista de aquel escote (o paquete), aunque su propietaria/o no se de cuenta de que tú observas.

Como ver venir, según entras en el portal, a un vecino carado de bolsas que no te ha visto, y llamarle al ascensor para que esté esperándole justo cuando entre por la puerta, mientras que tú subes por las escaleras.

Como el preocuparte de si quien está detrás de ti en la cola del super tiene pocos artículos y cederle el paso, aunque no te lo halla pedido.

O el buscar esa dirección de internet que a un compañero de trabajo te has enterado de que le interesaba y no localizaba, y dejarle un posit anónimo en su ordenador, con esa dirección, y ver de reojo como cuando llega la lee, y busca a su alrededor a quien agradecerselo, sin encontrarlo...

En definitiva, el hacer las cosas por que sí. Sin buscar agradecimientos ni primeros planos, ni reconocimientos de ningún tipo.
Que nadie mas que tú sepa que has hecho algo por otra persona. Aunque sea una chorrada.

La gratificación que provoca la sonrisa de esa persona, que ni te conoce, ni te volverá a ver, o que no sabe quien le ha hecho ese favor, es una forma de que fluyan las endorfinas y uno sea más feliz.

A mi me gusta hacer feliz a la gente, y no necesito que nadie alabe mi idea. Me basta con que sea útil, y cumpla su objetivo. Es una forma de alegrarle el día a alguien, como otra cualquiera.
Con la salvedad de que también alegro mi día.

Quizás, en el fondo, sea una forma egoista de conseguir mi propia felicidad, aunque sin contraindicaciones ajenas.

Probadlo, que es gratis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario