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viernes, 19 de noviembre de 2010

De guardias de tráfico

Es que hoy me paró tráfico.
Y lo que siempre se dice en estos casos es que "yo no hice nada" o "yo iba circulando perfectamene".
Pero ni voy a decir esto, ni lo contrario. Yo lo cuento de forma imparcial, y luego doy mi opinión.

13:30 zulú. Voy por la autopista, reduciendo la velocidad por que me acercaba al peaje. Iba a unos 50Km/h (en tercera), por que me faltaban apenas 200 metros para la cabina de pago.
Estaba entrando en la parte "ancha" que bifurca los dos carriles para las distintas cabinas de peaje. Yo estaba circulando por el carril de la derecha.
De seguir recto, entraría en una cabina de pago manual.
Por el carril de la izquierda, a una velocidad superior a la mía, adelantaba demasiado próximo a las cabinas, un vehículo. De seguir recto, entraría en la cabina de telepeaje automático. 
El vehículo en cuestión,  intenta "colarse" delante de mi, y le pité, para hacerle ver que no cabia entre el vehículo que me precedía y el mio, sin provocar que yo frenase de forma demasiado brusca, dada la proximidad del peaje.
Por eso, el vehículo decidió pasar por detrás de mi, entrando en la cabina de pago de mi derecha.
Entramos en nuestras respectivas cabinas de pago, casi de forma simultanea.
Mientras el conductor de ese vehículo paga, el acompañante sale del vehículo para coger algo del maletero, y vuelve a subirse al coche.
Ellos arrancan primero.

Un kilómetro mas adelante, ese conductor circula a una velocidad un pelín lenta. Unos 80-90 km/h, en una autopista limitada a 120Km/h.
Decido no adelantarlo, creyendo que se trata del típico imbécil que empieza a acelerar cuando lo vas a adelantar.
Otro kilómetro mas adelante, por fin metemos la quinta velocidad, llegando a superar los 120km/h. Yo me quedé ahí. El los superó con creces, aumentando hasta en unos 100 metros la distancia entre nuestros vehículos. Otro dia quizas fuese yo quien los superase en 15 o 20km/h el límite, pero hoy no tenia prisa.
De pronto, sin tocar el freno, empieza a reducir la velocidad, a la vez que una mano por la ventanilla del acompañante coloca un rotativo magnético de color azul sobre el techo del vehículo, y me hace señas para que me detenga a la derecha, mientras las luces de emergencia son accionadas.

"Ya la liamos" me dije...
Al detenernos, salen dos personas (el que se dirigió a mi estaba muy bueno, todo hay que decirlo). Iba de paisano. El otro salió del vehículo colocándose un chaleco reflectante con el la inscripción "GUARDIA CIVIL" en la parte delantera, y se situó en posición de vigilancia fuera de mi ángulo de visión en la parte posterior de mi vehículo, examinando -imagino-, alguna anomalía por la que poder denunciarme, o impedir que saliese huyendo, o las dos cosas.
El Guardia que estaba más bueno, me da los buenos días, me enseña su cartera con el carné identificativo correspondiente que apenas me da tiempo a leer, recordándome a las películas cómicas de falsificadores,  y, antes de que me dijese nada más, le pregunto si  me han parado por el "quiebro" del peaje.
Me responde que sí, y aunque se me ocurrió decirle que no hacia falta que me parase para disculparse, decidí dejarlo hacer.
Solicita la documentación correspondiente (del vehículo, carné de conducir, carné de identidad, seguro...esas cosas).
Se vuelve a su vehículo. El otro guardia también.
Mientras espero, me doy cuenta de que es el vehículo particular de uno de ellos, y no un vehículo camuflado oficial.
Ruedas nuevas para la edad según matrícula del vehículo, cuidado extremo, sin antenas para la emisora, por lo que no tenia emisora, y el rotativo lo tenia en el maletero ( fué eso lo que cogió del maletero mientras pagaba el peaje).
Entonces, ¿para qué me pidió la documentación?
¿Por qué el otro guardia entró también en el coche?
Debería de haberse quedado en su puesto.
Cuando regresa, me devuelve mi documentación a la vez que me indica que "por esta vez lo va a dejar correr". Trinco mi documentación, y le digo con tono amable (no es cosa de cabrear a este tipo de personas), que realmente les tendría que haber parado yo a ellos. Pero que la ley no me deja. Iniciamos así un breve pero intenso debate sobre cual de los dos era culpable de cometer alguna infracción, con medio coche fuera del arcén, mientras los vehículos pasan zumbando a un metro de nosotros, y entre miradas furtivas a su paquete, que me quedaba a la altura de la cabeza, al otro lado de mi ventanilla.
El insistía en que yo tenia que haberle dejado meterse delante de mi. !!! Es que había puesto el intermitente ¡¡¡
Yo insistía en que el intermitente es para indicar una intención, pero que no concede mágicamente ninguna preferencia ni prioridad.Y que yo iba delante.
Y que el peaje se ve desde 900 metros antes, y está indicado 2 km antes, por lo que ir adelantando a todo el mundo hasta el último metro para adelantar 7 u 8 puestos y no pillar cola de pago, es una forma un tanto rancia de conducir, viniendo de alguien que se supone que tiene que dar ejemplo.
De nuevo insistió en que yo debería de facilitarle la incorporación, y que "quiere pensar que no lo vi". 
Claro que te vi, -le repliqué-. ¿No te acuerdas de que te he pitado? 
Aproveché mi turno de réplica para recordarle, una vez pagado el peaje, su jugarreta de incitación al pique, circulando de forma demasiado lenta al principio, con la intención de que lo adelantase, y acelerando  para ver si lo seguía de cerca excediendo el límite, al ver que no me picaba de la primera forma.
Añadí que no le quedaba bien ese tipo de actitud a quienes en teoría están para prevenir accidentes, no para provocarlos.

El pasó por alto este último comentario, volviendo al peaje y a mi impedimento para dejarlo meter delante.
Evidentemente, yo tenia razón, pero él era guardia. Y eso son tablas.
Incluso mencionó "conducción negligente" cuando le pregunté por qué me hubiese denunciado.

Cuando dimos por terminada la tertulia, no les deseé un buen servicio, por que era obvio que no estaban de servicio, dada la improvisación.

No me puse nervioso, algo que siempre me ocurre, hasta cuando me paran para un control de alcoholemia sin haber bebido.
Hasta podría reconocer que tuve mi puntito (muy poquito) chulesco.  Es que me estaba acordando de una entrada anterior, donde indicaba que quienes pueden hacer algo, no tienen por que llevarlo a cabo sin motivos, cosa que me revienta. Y este era un caso clarísimo de bacile. O quizás no. Es posible que el guardia de verdad se creyese en posesión de la razón. Supongo que por que está acostumbrado a que cuando va en el vehículo oficial, el resto de los conductores le cedan el paso, como en una procesión religiosa, pero yo no lo hice, y eso le debió de chocar. También me llamó la atención el que no me detuviese inmediatamente después de salir de las cabinas de peaje, y me dejase rodar casi 5 km detrás de el antes de pararme en el arcén, un lugar bastante mas peligroso que  la anchura del peaje de 9 cabinas con zona de descanso. Estaba claro que quería ver si me picaba, incitándome al pique.
Me pregunto si un guardia civil, por muy bueno que esté, que no se si lo he dicho antes,  puede llevar en su vehículo particular, elementos de su trabajo como son el rotativo magnético que guardaba en el maletero, el chaleco serigrafiado y quizás, un block de denuncias.
Me pregunto también si puede trasladar mi documentación a su vehículo no provisto de emisora ni ordenador, y, en ese caso, me pregunto el por qué y para qué.
Me pregunto si esos ojitos azules me estaban bacilando o me había detenido "en serio".
Me pregunto por qué ya no me pone nervioso la guardia civil de tráfico.

3 comentarios:

  1. ¿De qué te sorprendes, Nochete? Es fin de mes y hay que recaudar. Te lo dice una que hace la carretera Pontevedra-Villagarcía todos los días.
    Ah, soy tu vecina, pero disfrazada, jajaja.

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  2. (Es que tengo una vecina con tres personalidades, jajajaja)
    No, si lo triste es precisamente eso: Que ya no me sorprendo. Todo va a una velocidad tal, que estamos anulando nuestra capacidad de sorprendernos... Creo que voy a acogerme a tu enmienda de "perder la fe en la especie humana".

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  3. Quizá no seas más feliz, pero vivirás más tranquilo porque ya no te llevarás sorpresas. La vecina bajo su personalidad nº1

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